jueves, 26 de septiembre de 2013

La idea de un alma como ente sustancial residente en un cuerpo con capacidad de existencia independiente comenzó a ser considerada a partir de Pitágoras, al final del siglo V a.C. Platón desarrolló esta concepción, distinguiendo en el alma las funciones nutritiva, sensitiva y racional, y asignando el alma nutritiva a las plantas, la sensitiva a los animales y 
la racional a los hombres. Estas funciones representan una jerarquía evolutiva, pues cada nivel superior incluye los inferiores. Pero con la aparición de la racionalidad propia del hombre se introduce una fuente de conflictos con el deseo, propio también de los animales. 




Platón presenta la actividad del alma como constitutiva de las funciones básicas del hombre, lo mismo que la noción de que las actividades más simples evolucionan hacia actividades más complejas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario